9.20.2011


Vos sabés cómo soy
 mimado y berrinchudo
soy como vos.

                        Por eso me querés.


9.17.2011

Mate, vainilla y café.


9.07.2011


Tengo ganas de empujarte por las escaleras. Las de metal en forma de caracol. Que tus tacones negros se atoren y tu cuello cruja por el peso de tu cuerpo. 
Tengo ganas de ver tus labios pálidos y tus manos tiesas. Las ojeras de en tus ojos permanentemente. 
Verte muerta.

9.05.2011

Un semestre de más...


Las conversaciones internas comienzan de modos extraños. La mayor parte de las veces te das cuenta que estás teniendo un soliloquio mental cuando la conversación ya está avanzada. Así empezó el mío.

¿Porque a los 20 años aún no termino la prepa? No es porque no pueda, tampoco porque el  dinero lo impida, mucho menos por falta de tiempo. ¿Entonces? Meh, todo es por la flojera.
La gente, la familia, los amigos; son personas a mi al rededor que siempre me han dicho "Ya irías en tal semestre de tu carrera". ¿Ajá? Bueno, no me interesa. 

2006 Preparatoria N° 1: Personas culeras, superficiales, mamonas, profesores malos. Para agregarle más desgracia, andaba con un güey que me maltrataba de casi todas las maneras. El resultado: terminé con depresión porque el tipo me dejó, mis supuestas amigas me dejaron de hablar porque me juntaba con una chica darketa, reprobé 50% de las materias. Expulsión. 
Odié estar en esa pinche escuela. 

2007 Preparatoria N° 3: Llego con miedo por la mala experiencia que ya había tenido pero por suerte desde el inició encontré gente muy linda. Marí Paz es un ejemplo. Durante los primeros meses las cosas se fueron acomodando y terminé siendo amiga de Perla, Jessica y Rut. Con Andrea me llevaba un poco y por ella conocí a Carla. 
En segundo semestre yo misma decidí cursar sólo las materias que tenía pendiente. Ese fue mi "semestre de más". No me arrepiento porque me tocó con buenas profesoras y pude pasar con un promedio alto. Mis amigas siguieron siendo las mismas, aunque siempre hubo algo que no nos dejó encajar. Supongo que eramos/somos muy distintas. 
Llegó segundo semestre, el real, y Carla estaba en mi salón. Desde ahí nos hicimos inseparables. Creo que después de mi amiga Lisette, ella es la segunda niña con quien encajo a la perfección. Rara, callada, chistosa, maniática, infantil. En los descansos siempre estábamos ella, Andrea, Montoya, Diego, Kevin, Chedo, Panda, Nelly y yo. 
Fue el semestre que llegaron los alemanes a la escuela y nosotros jugábamos avioncito o encantados. 
En tercero llegó Armandito* a volvernos locas a Carla  y a mi. Gracias a él hicimos un cortometraje. Girasol. 
Todos saben que en cuarto semestre mi vida cambió. La adrenalina de ver llegar a Armandito* no tenía comparación con lo que viví las 24 horas del día todos los días de ese semestre. Volé, amé, reí, soñé. Lloré.
Si algo importante ha pasado en mi vida, en definitiva tiene que ser ésto. 
3 de agosto de 2009 - 8 diciembre 2009. 
En agosto el inicio del caos, de la revolución. Abrí los ojos a un mundo nuevo. Complicado, pero maravilloso. Literatura. Palabra que se marcó con lágrimas en mi cabeza, en mi pecho, en mis manos, en mis ojos. 
Y en diciembre, aún con lágrimas en los ojos me encuentro ante el descubrimiento de una persona que me llenará de amor. 
Ternura, paz, amor, compatibilidad. ¿Un tesoro? Sí.
Todo gracias por un semestre de más.

Pienso todo ésto cuando me siento mal. Me siento feliz de cómo ha transcurriendo mi vida. Sin ese semestre de más no tendría estos amigos maravillosos, jamás me habría estrenado como directora de cortometrajes, no hubiera tenido la experiencia más tensa/apasionante/desgarradora de mi vida, seguiría en la búsqueda de lo que me apasiona, estaría estudiando una carrera de la que saldría frustada, estaría sin el amor de la persona más hermosa del mundo. Y algo tan simple como el hecho de que éste blog y ésta entrada no estarían aquí. 

Un semestre más cambió mi vida para bien. Valió la pena. 


¿Prisa? Yo no.