12.14.2018

Chocolate


Hace más de un año llegué a vivir a Puerto Vallarta.

Todo comenzó como una loca idea de algo temporal, que al paso de dos cortas semanas ya se había convertido en algo más formal que mi propia existencia.
Llegué a Vallarta sola, sin conocer a nadie, no conocía tampoco la ciudad, pero tenía mi pasión por la chocolatería. A las dos semanas de haber arribado a la ciudad encontré un bello trabajo dentro de una chocolatería que me fascinó. Elaboración del chocolate del grano a la barra. Manejo de maquinas refinadoras. Impartición de talleres de chocolatería. Repostería... Me quedé.

El haber venido a Puerto Vallarta fue como haber subido a una montaña rusa extremadamente alta, larga y veloz. Pude sentir cómo entraba en pánico y al mismo tiempo el placer de liberar todo aquel estrés.
En este punto, hoy, a poco más de un año de haber llegado, sé que será doloroso volver a casa, dejar la familia que encontré aquí, mi hogar y toda la mezcla de sentimientos. Aun no sé con exactitud cúando volveré a mi ciudad natal, pero tengo la certeza de que no falta mucho.
Tengo miedo de retomar mi vida anterior, miedo de olvidar y ser olvidada aquí en el puerto y miedo de comenzar de cero en un nuevo lugar.

Esta experiencia ha sido mágica, maravillosa, hermosa.

Gracias, vida.


"Esas cosas no pasan siempre"


Tener la intriga de saber si le gustas a ese alguien. Yo no hablo, sólo observo y espero. En realidad no hago nada extraordinario y siempre terminan llegando solos. ¿Cómo? no sé. 
Te puedo decir quiénes.

Terminaste diciendo "Esas cosas no pasan siempre", yo te digo que a mi sí, me pasa todo el tiempo, y te digo que tu también estás en la lista de espera.



1-abril-2016