Fumar biblias debajo de un árbol frente a la biblioteca. Qué cursi terminó viéndose aquello.

Un correo tristísimo. Secaría tus lágrimas con besos. Me las comería para siempre.
Sabes que me haces falta... perfectamente. Pero ¿qué hago? Las imágenes que creó esa basura en mi mente han sido más cargadas de coraje últimamente.
Basura envuelta en grasa. Hola, Laura.
Yo imagino con tanta frecuencia tu voz, sólo para sentirte aquí. Yo sí la recuerdo. Estoy segura que tu no puedes porque desde antes habías tomado la decisión de dejar de estar conmigo. ¿Tan arrepentido estás?
Me ha costado dejar de pensar en amor, por eso fue mejor no responderte. Ya no sé qué siento respecto a ti. Parece que me he vuelto más sensible al dolor. Me siento como madera seca. Seca, seca y un día terminará hecha pedazos.
¿Por qué pasó todo esto? ¿Por qué no me amaste? Te amaba tanto...

Eres un maldito cobarde.