11.04.2012

Vainilla perdida.


Siempre quisiste que te escribiera un cuento, un poema, algo. El cuento siempre lo tuve, trata de un robot enamorado, sólo que nunca quise escribirlo. ¿para qué? 
Nunca quise escribirte nada, porque para mi escribir es sacar mis tristezas, aquello que nunca se dijo. Tu eras poesía viva, eras mi cuento al instante. No tenía por qué inventar nada porque lo inventaba contigo, no sola. Ahora referirme a ti aquí es espantoso. Cada pulsación que hago a las teclas me cuesta, me duele. Hasta la respiración se me corta. 
"¿Me amas?" "Te amo". Dos pequeñas frases que me hacen un tapón enorme en la garganta.
"Quisiera tanto que me besaras y que tu lengua deshiciera este nudo que tengo en la garganta y no me deja respirar", eso lo escribirte en una carta, seguro lo recuerdas. Bueno, así me siento. 

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