Imagina que tienes un limón, ¿lo hueles? huele a fresco. Ahora imagina que lo cortas a la mitad. Su aroma se intensifica. Huélelo de cerca, y ahora, chúpalo. ¿No sientes cómo la boca se hace agua? Es curioso cómo nuestro cerebro es capaz de imaginar incluso sensaciones.
Lo mismo pasa cuando estás con alguien a distancia. Uno es capaz de sentir las caricias, los besos, de sentir, incluso, cómo juguetea con tu cuerpo. La piel chinita...
Imaginar unos ojos y que se te suma la panza como si estuvieran frente a ti.
Ojitos color miel, sólo hay que esforzarse.
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