11.01.2009

Voló al cielo.


Voló al cielo.

Un encuentro repentino con tu perfil en MySpace.

Un álbum virtual,

y muchos recuerdos de hace 2 años.

Dann.


Primero de noviembre, me acuerdo de ese día en que compartiste conmigo algo sumamente personal; la tumba de tu hermanito.

Estaba soleado, lo recuerdo bien, hacía calor y me había quedado a dormir en casa de mi tía. Marcaste temprano por la mañana para contarme tus planes y te dije que te veía dentro de un rato. He de confesar que tenía miedo.

Llegué y toda tu familia, que en ese tiempo fue como la mía, se arreglaban para llevarle flores al bebé. Me sentía como en un lugar ajeno.

En la tarde, cuando salimos del panteón tu mamá dijo que iríamos a casa de un amigo de la familia, Pascual, si no mal recuerdo, que ahí comeríamos y después nos iríamos a la casa. Toda la familia me recibió como si yo formara parte de la tuya, me sentí tan como ahí, contigo, viendo los Caballeros del Zodiaco que tanto te gustan y comiendo dulces. Tú, recostado sobre mis piernas y yo, intentando besarte cada que tu mamá no observaba. Tu hermano sólo nos lanzaba miradas de complicidad y nosotros reíamos.

Fueron pasando las horas y el día se fue terminando. Nos volvieron a ofrecer de comer y para esas horas ya platicaba con la esposa del señor Pascual cuando así nada más tu mamá volteo a mirarme y me dijo “quédate a dormir con nosotros”, recuerdo que te volteé a ver instintivamente y sonreí algo apenada, “tengo que avisarle a mi tía” “yo le pido permiso, dame su número”. La llamada duro aproximadamente 5 minutos, no más y tu mamá dijo “dice que mañana nos vallamos temprano” mientras sonreía. Yo me puse feliz.

Entre charlas y tazas de café los integrantes de esa familia fueron quedándose dormidos, y agotados pero con ganas de más sólo quedábamos tú, yo y tu hermano en la sala. ¿Qué veíamos?, no lo recuerdo pero yo me sentía maravillada por estar ahí, esa noche, contigo. Dormiríamos juntos.

Recuerdo incluso, que todos nos bañamos porque estábamos sucios de haber ido al panteón y recuerdo también esas miradas tuyas, miradas de pasión que me lo decían todo. Miradas de amor.

Cuando subimos al cuarto en que dormiríamos tu mamá dijo “deja que se quede sola en la cama, si te levantas en la noche te jalo de los pelos”, jajaja, los dos nos lanzamos miradas y reímos. “Buenas noches” “Buenas noches”.

Desperté con la voz de Chabelo, alguien había prendido la televisión y tú sostenías mi mano estirando la tuya de cama a cama. No dijimos nada. Una sonrisa amorosa. Te dije que te acostaras conmigo, que ya era de día y que ya no podía decirnos nada tu mamá. Lo hiciste saltando de la cama. Pasaron una, dos horas, no sé pero estar acostada bajo las cobijas, abrazada a ti, fue lo más tierno que no paso ese día.

¿Te acuerdas? ¿Te acuerdas cuando nos amábamos? Esos días sin fin en que pasábamos la tarde, Ivan, Chelis, tú, yo y ese otro amigo tuyo, ese que tanto me agradaba. Esas noches que caminábamos sólo porque si, esas tardes comiendo en tu casa. Lo amaba. Te amaba.

Los pretextos para quedarme cada fin de semana en casa de mi tía sobraban. El tiempo nos ayudo.

¿Recuerdas cuando los lunes nos íbamos juntos a la escuela? A veces yo hasta llevaba ropa tuya, una playera, unos calcetines, un suéter. El suéter de rayas que tanto te pedía.

¿Recuerdas tu cabellito, tu copetito emo que no dejaba de peinar? ¿Recuerdas cuando usabas lentes y decía que los tuyos eran más sexys que los míos? ¿Recuerdas cuando viboreábamos gente porque no usaban bien los paliacates? Jajaja. ¿Recuerdas cuando me besabas y decías “amo tu aliento a fiesta”? ¿Recuerdas aquel cigarro color café con filtro dorado que probamos juntos? “Ah su puta madree!” fue lo primero que dijimos al sentir aquel sabor tan rico y ¿Recuerdas la decepción que sentimos cuando lo probamos por segunda vez? ¿Recuerdas cuando quería tener mi cabello tipo horror?¿Quién no? ¿Recuerdas el día del concierto de Austin TV? ¿Recuerdas esas largas caminatas por el centro cuando no iba a mi clase de guitarra? ¿Recuerdas cuando dije “eso es una tienda”? jajaja. Fueron tantas, tantas cosas a tu lado. Te amé. Te deseé. Dann.

-Hola, ¿tienes tiempo?

-No, ya entre a mi clase

-Oh…

-Pero si quieres te veo en una hora…

-Paso a tu salón

Tan maravillosamente simple cómo comenzó todo. Aun sigo sin creer que me hayas observado durante días, debatiéndote entre “le hablaré, no le hablaré”.

Ese último beso nunca te lo di.

Te amé.

Nuestro amor voló al cielo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario